viernes, 16 de octubre de 2015

Reflexiones Semana 2



Recuerdo cuando era estudiante y me fastidiaba muchísimo las veces en que algunos profesores no entregaban rápidamente las pruebas o cuando las entregaban sin ningún comentario. Como profesor, a pesar del tiempo que implica, siempre devuelvo los diferentes trabajos o pruebas de los alumnos la clase siguiente a aquella en que rindieron o entregaron la evaluación, además, la entrego debidamente comentada y, en clase, hago una retroalimentación general a partir de problemas comunes que puedo identificar.

Alguna vez me ha pasado, además, que la mayoría de alumnos resultan desaprobados y entonces recuerdo a uno de los mejores profesores que tuve en la universidad y aplico lo mismo que él hacía, desarrollo en clase, con los alumnos, la forma cómo debió realizarse el trabajo y luego, cuando identifico que los estudiantes ya comprendieron cómo debieron realizarlo, les doy la opción de realizar un nuevo trabajo. Además, les digo que la mala calificación será anulada y reemplazada por la que obtengan en el nuevo trabajo.

Esta semana, con las lecturas y las evidencias recogidas me doy cuenta que, quizá intuitivamente, sabía que la evaluación es un proceso reflexivo, formativo y participativo, por ello mi accionar. La evaluación es parte integral del aprendizaje y la información que de esta se obtenga no solo sirve para validar los logros de aprendizaje sino también para tomar decisiones de mejora.

Leyendo los textos de esta semana he descubierto lo que es una matriz de evaluación, algo que no conocía. Me sirvió la lectura 3 aunque debo admitir que, quizá por mi poca preparación en el ámbito de la educación, muchos conceptos se me hicieron confusos ó demasiado abstractos. Por eso, busqué en internet y encontré un texto (https://capacitaidat.wordpress.com/criterios-indicadores-e-instrumentos/) que me ayudó a aclarar los conceptos y su aplicación. Esto me está permitiendo, además, alcanzar la competencia: diseñar e implementar sistemas de evaluación, pues estoy conociendo sobre ellos y empiezo a aplicarlos.

Por otro lado, en cuanto al momento mismo de la calificación de las evaluaciones, algo que he visto tanto cuando era estudiante como actualmente, en algunos colegas, es que hay una tendencia a poner la calificación de manera intuitiva, es decir, el profesor lee el trabajo o la respuesta del alumno y parece pensar algo así como "creo que esto merece X calificación". Eso es algo que a mí tampoco me gustó, por lo que desde que enseño me he forzado a tener, por cada instrumento de evaluación, un documento para mi uso personal en el cual indico qué espero del estudiante y qué criterios utilizaré para la obtención de cada punto. Después, me enteré que esto que yo hacía se llama rúbrica y aunque debo admitir que siembre lo he hecho a mano, a manera de borrador, me resulta muy útil. Sin embrago, al revisar las matrices de evaluación que nos han brindado en este curso como ejemplos, descubrí que no solo existe la rúbrica sino también otro instrumento de evaluación llamado "lista de cotejo". Como no sabía la diferencia volví a navegar en internet y encontré un PPT muy didáctico (http://es.slideshare.net/supervisionescolar1614/cuestionario-rbrica-o-lista-de-cotejo), en el cual no solo descubrí el significado y la diferencia entre ambos, sino que descubrí que la mayoría de veces no utilizo ninguno de los dos. El instrumento que yo utilizo se llama "escala de rangos ó categorías".

La evaluación es un proceso complejo, integrado al proceso de aprendizaje y no un instrumento de medición aislado. Implica esfuerzo, trabajo y dedicación por parte del docente y compromiso y reconocimiento por parte de las instituciones.

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